Del poeta joven José Asunción Silva, el primer fragmento de su inspirado “Nocturno” como preámbulo y paralelo de los profundos “Clair de Lune” de Claude Debussy y el primer movimiento de la sonata “Claro de Luna – Mondscheinsonate” de Ludwig van Beethoven:
Una noche… una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas
una noche, en que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas
a mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda… muda y pálida,
como si un presentimiento de amarguras infinitas, hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara
por la senda florecida que atraviesa la llanura… caminabas
Y la luna llena, por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca
Y tu sombra, fina y lánguida… y mi sombra, por los rayos de la luna proyectadas
sobre las arenas tristes de la senda… se juntaban
Y eran una… y eran una, y eran una sola sombra larga
y eran una sola sombra larga… y eran una sola sombra larga
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